lunes, 17 de agosto de 2009

DELHI 4 AGOSTO 2009. RAJ GATH Y QUTUB MINAR




Después de visitar el Fuerte Rojo, había que recargar las pilas, así que nos llevaron a comer al Chor Bizarre, un restaurante original en su decoración y con un menú degustación Hindú. Dicen que con un poco menos picante, aunque para algunos aún picaba demasiado. Bien presentado, una buena selección de platos, un pan recién hecho buenísimo. El restaurante está situado en la planta baja del hotel Broadway. Lo peor que no hubiera un sitio para poder fumar y había que salir a la calle, donde hacía un calor sofocante. (ui, perdón... que no se puede decir que hacía calor), bueno... que la calle no tenía aire acondicionado, o se les había roto.

Después fuimos a visitar el lugar de la cremación de Gandhi.
Muchos dicen que es su sepulcro pero no es así ya que sus cenizas fueron esparcidas por diferentes mares y ríos de la India. Es el lugar donde lo incineraron y se ha convertido en lugar de visita casi obligada. A la salida del parque, y mientras te diriges al estacionamiento del bus, nuevamente una nube de vendedores de todo y algunas tiendas con libros y referencias a Gandhi. Es una pena porque con quererte quitar de en medio a tantos vendedores casi no prestas atención a esas tiendas tan interesantes. Es un parque muy bien cuidado con otros lugares de cremación de personajes importantes de la India contemporánea.

Después fuimos a visitar otro de los lugares patrimonio de la humanidad: Qutub Minar, o el minarete de la desaparecida mezquita. La más alta construida en ladrillo. También
hay una columna de hierro fundido, creo que del siglo V, que no presenta signos de oxidación, lo que refiere lo buenos que era fundiendo hierro en aquella época.
Por último fuimos a visitar la puerta de la India, lugar de parada obligatoria de la nueva Delhi proyectada por los ingleses. Allí puedes observar la mezcla de turistas con la gente que va a pasar el rato, los grupos de chavales que juegan, los matrimonios jóvenes y parejas, los turistas con sus fotos y vendedores, de recuerdos, de baratijas, de comida, de... casi todo.
Tras la visita, al hotel a cenar y a descansar. Las fuerzas se agotan pronto con tanto calor... (ui, perdón, con la falta de aire fresco quería decir). Así que nueva
mente al hotel Hans Plaza.
Cabe recordar que cada traslado supone toda una osadía de tráfico, de bocinas, de semáforos, de bicis y motos que adelantan por cualquier lado, de motocarros-taxi sobrecargados de gente.
Por cierto... una pregunta para observadores... ¿cuánta gente cabe en un motocarro? ¿Y en una moto? ¿Cuántos viajeros están permitidos en un coche de cinco plazas? ¿A partir de cuánta velocidad te ponen una multa por exceso en la autopista?....

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